Oculto en la impenetrable jungla de Camboya, el magnífico templo de Angkor Wat es una representación
en piedra del universo cosmológico hindú. Suryavarman II, que asesinó a su tío abuelo para usurparle el
trono, quiso reafirmar su poder absoluto sobre el vasto Imperio jemer construyendo un monumento al dios
Visnú. Angkor Wat se convirtió también en mausoleo del propio rey.
La joya arquitectónica de Suryavarman II es el resultado de una gran ambición. La más alta de las cinco
enormes torres del complejo se alza unos 65 metros, rodeada por una red de patios concéntricos, calzadas
elevadas y otros edificios salvaguardados por un gigantesco foso de 200 metros de ancho. Los expertos
estiman que los trabajadores encargados de su construcción debieron de cortar y transportar diariamente
hasta 300 bloques de piedra arenisca de entre 3 y 15 toneladas de peso, con el fin de completar la obra
antes del fallecimiento del monarca. Angkor Wat constituye uno de los mayores y más admirados
monumentos religiosos jamás construidos.